miércoles, 16 de noviembre de 2011

Viggo Mortensen

Cuando ya le iba cogiendo ritmo, llegan complicaciones y toda una semana sin entradas-mis disculpas.
Lo cierto es que quería que la siguiente entrada del Blog fuera esta y se fué retrasando: Viggo Mortensen.

Para los que sigáis el blog ya sabréis que  cuando la dimos su dibujo a Ariadna le pedimos que le enseñara el libro a Viggo con la intención de en alguna ocasión poder entregarle a el personalmente su ilustración de “Hombres de Hollywood”, así que cuando supe que Viggo estaba en Madrid con la obra de teatro “Purgatorio” supuse que esa era la mía.
En principio me iba a acercar el viernes, pero  problemas personales me lo impidieron. Fui a su encuentro el lunes, con tanta fortuna que ese día no había función, así que ayer por fin pude acercarme con el original para dárselo.

(a partir de aquí el proceso de la ilustración a boli...)

El acceso a los actores ya sabéis que suele estar difícil, pero  hasta ahora la gente  que ejerce de mediadora amablemente me solía ayudar al ver las ilustraciones.
Digo solía ya que, como ya pasara en el caso de Banderas, la mediación ha sido imposible. Incluso diciéndoles que les dieran a ellos la opción, llevándoles primero la ilustración y dejándoles la posibilidad de dejaros pasar si ellos lo veían oportuno (o saliendo ellos como hizo de forma espontánea Ariadna), como digo, ni siquiera así ,nos dieron cuartel. Solo dejarles el original a ellos para que se lo pasaran y ,si acaso, un teléfono de contacto por si el a posteriori quisiera agradecerlo. Así estaban las cosas.
Me lo estuve pensando (y si entonces hubiera sabido que va a ver un día de encuentro con el público creedme que lo hubiera dejado para esa ocasión, pero no me informaron ).Al final pudieron mis ganas de que el original le llegara a Viggo y lo entregue.
Como en el caso de Banderas realmente espero que se lo entregaran y esté en su poder.
Se que esta gente ha de protegerse, pero creo sinceramente que el celo de sus ayudantes a veces es excesivo. Conociendo la fama que precede a Viggo estoy seguro que si le hubieran dado la posibilidad de elegir, de buen agrado me hubiera dejado entregárselo en persona .Siento no haber podido contaros otro final.
Este trabajo  tiene de bueno la privacidad personal, pero, tanto en vuestro caso lectores, como en el caso de Viggo y otros, tiene como contrapunto el no poder en muchos casos saber  quién, o siquiera si hay alguien al otro lado y cómo lo recibís. A veces uno se siente muy vacío y parece que está trabajando para la nada. Por eso los autores agradecemos  tanto las escasas posibilidades de encuentro con el público, ya que aunque no lo creáis es un fuerte recargo de energías ante las largas horas de soledad ante el papel en blanco.

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