Tras el descanso de ayer (seguiremos intercalando para no saturar de lo mismo), hoy volvemos al libro de Edelsa y a la ilustración dividida en 4.
La de hoy es con la que más contento he quedado. Seguro que se debe a mi próxima paternidad, pero esta la cogí con especial gusto. Que uno tenga referencias emocionales siempre ayuda. Recuerdo ahora una conferencia del maestro Ferry que comentaba como en muchos cómics, los niños eran dibujados como hombres "reducidos" cuando estos tienen su propio lenguaje corporal, una forma propia de moverse y comportarse, y como el echo de cuando el tuvo que adaptar "el juego de Ender", el tener un hijo en la edad del protagonista había enriquecido el producto. El elemento externo siempre cuenta.
En este caso la ilustración marcaba al personaje hablando con una madre que sostiene a su hijo en brazos. La observación de la realidad a mi alrededor lo convirtió en este gesto hacia el bebé (!cu-cu¡) que marca a la vez esa cultura física más cercana con la que nos ven los anglos a los hispanos. Un gesto natural que enriquece la ilustración.
No debéis olvidar que uno se pasa muchas horas dándole color y matices en la soledad del estudió, con lo que la mente va girando sobre lo que estas haciendo, dándole movimiento a la escena, reproduciendo los diálogos, de donde vienen los personajes, que han echo esa mañana....
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